"Felipe
Camiroaga: la verdadera historia" es el título que lidera el listado
de selección de libros 2014 para las
bibliotecas públicas del país; hecho que ha causado polémica y que
espero, no se quede solo en eso, sino que se pueda generar una verdadero debate
que derive en acciones concretas en relación a las políticas de fomento lector
en Chile. Aclarar que dicho libro es una biografía, producto de una
investigación periodística y no es un texto literario de ficción. La calidad
del libro no es el tópico que abordaré ahora.
Marisol
Vera, directora de Editores Chile, ha manifestado que "La lista es muy parecida a la de los libros
más vendidos en el mercado. Esto es el reflejo de la falta de una política
cultural. En la biblioteca se está replicando lo que sale en televisión”.
De su afirmación, se podría inferir que dichos libros no son necesariamente los
mejores; no obstante, son aquellos que el público con poder adquisitivo lee. Y
en este punto llegamos al rol de las bibliotecas públicas, las cuales tienen
por misión acercar la lectura a la comunidad, especialmente para quienes
cuentan con recursos limitados y no les
alcanza para comprar un libro nuevo; hecho que en Chile es un lujo del cual
debemos avergonzarnos.
El mundo
editorial y algunos grupos que se autodenominan como “intelectuales” no han pensado
en la siguiente secuencia: si una persona se dirige a una biblioteca pública en
busca del citado libro (que tiene un valor aproximado de $15.000 y lee las 464 páginas)
debe tomarse el tiempo también para hacerse socio de una biblioteca y
desplazarse a ella en busca de su lectura. Además a esa persona, su entorno más
cercano lo verá leer y más de alguno de sus familiares o
amigos querrá vivir dicho placer. Ese lector regresará a la biblioteca en busca de más lectura, incluso de mayor
calidad literaria (aquí los bibliotecarios y docentes resultan claves). Y si el
ambiente lo propicia, aquel lector podría instalarse a leer en la biblioteca.
Esta
secuencia de la lectura no se ve en televisión chilena doña Marisol Vera y para
los bajos niveles de comprensión lectora que tenemos es un detalle que sea la
biografía de un personaje de cultura de masas quien active el circuito y permita
dar un paso no menor: que una persona tenga acceso a leer lo que desea, sin
importar su bolsillo. Algo de democracia en la lectura no nos vendría nada de
mal ¿no le parece?