PALIMPSESTO LITERARIO
viernes, 26 de diciembre de 2014
viernes, 21 de febrero de 2014
BIOGRAFÍA DE CAMIROAGA y LA LECTURA
"Felipe
Camiroaga: la verdadera historia" es el título que lidera el listado
de selección de libros 2014 para las
bibliotecas públicas del país; hecho que ha causado polémica y que
espero, no se quede solo en eso, sino que se pueda generar una verdadero debate
que derive en acciones concretas en relación a las políticas de fomento lector
en Chile. Aclarar que dicho libro es una biografía, producto de una
investigación periodística y no es un texto literario de ficción. La calidad
del libro no es el tópico que abordaré ahora.
Marisol
Vera, directora de Editores Chile, ha manifestado que "La lista es muy parecida a la de los libros
más vendidos en el mercado. Esto es el reflejo de la falta de una política
cultural. En la biblioteca se está replicando lo que sale en televisión”.
De su afirmación, se podría inferir que dichos libros no son necesariamente los
mejores; no obstante, son aquellos que el público con poder adquisitivo lee. Y
en este punto llegamos al rol de las bibliotecas públicas, las cuales tienen
por misión acercar la lectura a la comunidad, especialmente para quienes
cuentan con recursos limitados y no les
alcanza para comprar un libro nuevo; hecho que en Chile es un lujo del cual
debemos avergonzarnos.
El mundo
editorial y algunos grupos que se autodenominan como “intelectuales” no han pensado
en la siguiente secuencia: si una persona se dirige a una biblioteca pública en
busca del citado libro (que tiene un valor aproximado de $15.000 y lee las 464 páginas)
debe tomarse el tiempo también para hacerse socio de una biblioteca y
desplazarse a ella en busca de su lectura. Además a esa persona, su entorno más
cercano lo verá leer y más de alguno de sus familiares o
amigos querrá vivir dicho placer. Ese lector regresará a la biblioteca en busca de más lectura, incluso de mayor
calidad literaria (aquí los bibliotecarios y docentes resultan claves). Y si el
ambiente lo propicia, aquel lector podría instalarse a leer en la biblioteca.
Esta
secuencia de la lectura no se ve en televisión chilena doña Marisol Vera y para
los bajos niveles de comprensión lectora que tenemos es un detalle que sea la
biografía de un personaje de cultura de masas quien active el circuito y permita
dar un paso no menor: que una persona tenga acceso a leer lo que desea, sin
importar su bolsillo. Algo de democracia en la lectura no nos vendría nada de
mal ¿no le parece?
viernes, 8 de noviembre de 2013
ANIMACIÓN LECTORA: REFLEXIONES
El día martes 5 de noviembre de 2013, realicé la animación lectora del libro "El árbol rojo" de Shaun Tan, a cinco alumnos/as del Instituto Superior de Comercio de Chillán. Deyanira, Josué, Pablo, Dagna y Ricardo, que cursan sus últimos días de colegio, fueron mis oyentes.
A continuación comparto mis reflexiones del proceso, el cual incluyó una planificación previa y su consecuente realización.
¿La planificación cumplió tus expectativas al momento de realizar la
actividad?
A mi juicio creo que la planificación
diseñada superó mis expectativas. Un elemento del cual no estaba segura si
resultaba pertinente era la incorporación de la música de fondo (correspondiente
a la película “Amelie”); sin embargo,
ayudó para crear un ambiente de tranquilidad y de disposición a la escucha.
Quedé muy contenta y creo que realizar la
animación lectora, me anima a seguir desarrollando esta actividad en otros contextos
e ir descubriendo las nuevas interpretaciones que los jóvenes oyentes del libro
álbum puedan ir construyendo.
¿Qué conocimientos previos ayudaron a la realización de la actividad?
Considero que el conocer a los alumnos/as,
ya que ellos han participado en diversas actividades organizadas en la Facultad
donde trabajo, por lo tanto existe un vínculo afectivo, que facilitó el
desarrollo de la actividad.
En cuento a lo conceptual, sin duda me
ayudó mucho lo estudiado acerca del libro álbum, la lectura en voz alta. En lo procedimental,
resultó clave mi experiencia en la aplicación de los momentos de la lectura y
el planteamiento de hipótesis de lectura.
¿Qué
aprendizajes obtienes luego de planificar y poner en práctica?
Corroboré que el libro álbum escogido (“El
árbol rojo”), efectivamente está dirigido a
un lector juvenil, ya sea por la temática planteada y por el discurso
construido por las ilustraciones.
Al mismo tiempo, pude evidenciar el poder
de la lectura en voz alta, que en cierta medida yo vinculaba a un lector
infantil, y que disfrutaron mis jóvenes oyentes, quienes la asumieron como un
regalo y un momento para volver la mirada hacia sí mismos.
Por último, considero que la animación
lectora de libro álbum resulta más efectiva en pequeños grupos. En este minuto
no vislumbro cómo realizarla en un grupo de cuarenta alumnos/as y que todos
puedan leer las imágenes ¿Proyectar el texto en un data show e ir leyendo en
voz alta el texto? Estimo que de dicha forma, se perdería la magia del contacto
directo entre el lector y el libro.
miércoles, 30 de octubre de 2013
EXPERIENCIA PERSONAL DE LA LECTURA LITERARIA
A continuación comparto algunas impresiones intuitivas y emocionales surgidas de la lectura de las siguientes obras literarias:
El corazón y
la botella, Oliver Jeffers. FCE, 2010.
El árbol
rojo, Shaun Tan. Barbara Fiore Editora, 2010
“Axolotl", Julio
Cortázar. En Final del Juego.
Alfaguara, 2007.
Millones de gatos, Wanda Gag. Libros del Zorro rojo, 2011
¿Cuál fue tu primera impresión del libro?
En primera instancia, lo vi como un libro
antiguo dirigido para los más pequeños. Al ver la portada, pensé que se trataba
de un hombre con un gato como única compañía que vivía en un campo; y por gusto
personal con los gatos, me dije que me gustaría el libro.
¿Te gustó?, ¿por qué?
En una primera impresión, reconozco que
este libro no me agradó del todo, pero en una segunda lectura, descubrí los
intertextos presentes con cuentos maravillosos, como por ejemplo con “El
flautista de Hamelin”, “Pinocho” y “El patito feo”.
Podría
resultar ser una historia entretenida para los niños, al tratarse de gatos que
son animales atractivos para ellos. Además es un relato lleno de
ternura acerca de una pareja que se sentía sola y buscó llenar ese vacío con
una mascota. Puedo decir que me conmovió, pero no al borde de las lágrimas.
¿Qué te pareció el texto?
Texto simple, de lectura fácil, de
carácter infantil, donde es posible observar una evolución en los sentimientos
que provoca en el lector: al principio del libro uno siente un dejo de tristeza
al empatizar con la pareja de ancianos y su soledad, y al finalizar el libro, me
quedo con una sensación de ternura y satisfacción cuando los protagonistas
entregan todo su cariño al gatito quien llegó a llenar su carencia de compañía.
¿Qué te parecieron las ilustraciones?
El negro en fondo blanco, un tanto lúgubres,
me hicieron corroborar mi idea de un texto antiguo. Considero que las
ilustraciones al ser en blanco y negro, pueden ser poco atractivas para los niño/as;
no obstante, aportan al contenido, porque le permiten ayudan a los lectores en la construcción del
sentido de la historia. Como contrapartida, la portada es mucho más atractiva
con los contrastes de colores amarillo, rojo y negro.
¿Cómo se relacionan las ilustraciones con el texto?
Las ilustraciones están muy acordes con
el texto, puesto que reflejan a la
perfección lo que se está narrando
¿Cuál es la propuesta que el autor entrega con el libro?
Es un libro para niños/as cuya historia
plasma una carencia que es más común de lo que se piensa: la soledad que viven
las personas mayores y cómo ese vacío es llenado por el gatito que estaba igual
de solo que ellos.
También se observa un juego de lenguaje,
que puede ayudar en su desarrollo del habla, al presentar aquel párrafo repetitivo: "miles
de gatos, millones y billones y trillones de gatos”, y que en una animación
lectora, sería como un estribillo que los niños/as entonarían.
¿Cuál fue tu primera impresión del libro?
Me
surge un sentimiento de pena al observar la portada, provocado por su color amarillo
ocre y por la imagen de la botella que encierra el corazón, lo cual me llevó a
imaginar que trataba de la
historia de una tierna niña inocente. Mi mentalidad me hizo caer en la tentación de pensar que, literalmente, esa niña se sacaba el corazón y
lo ponía en un botella.
¿Te gustó?, ¿por qué?
Sí, porque mediante la metáfora de la niña
que deja su corazón en una botella, se alude al proceso de introspección que implica la crisis de
crecimiento, el paso de ser una infante a ser una niña más grande; crisis que ella resolvió volviendo a su esencia, de la mano de otra
niña, con la cual compartían un mismo espíritu, que ella había perdido, pero
que ahora recobraba con mayor madurez.
¿Qué te pareció el texto?
Es un texto interesante, que nos lleva
a una reflexión de la vida y que en
realidad sería fantástico ver el mundo como la protagonista, en el que cada día
se aprende del entorno, con mucha curiosidad e interés, porque de esa forma
ningún día es igual a otro.
¿Qué te parecieron las ilustraciones?
Motivan la lectura y ayudan a
los niños para que armen mejor la historia. Estéticamente los colores
son atractivos y ejemplifican muy bien lo que expresa cada página, construyendo
un mundo mágico.
¿Cómo se relacionan las ilustraciones con el texto?
Se relacionan de manera íntima, cobrando
bastante protagonismo las ilustraciones porque nos aportan información que el
texto no entrega; incluso podría afirmar que sin ver el texto se puede
interpretar el sentido de la historia.
¿Cuál es la propuesta que el autor entrega con el libro?
Lo que el autor propone es mostrar la
crisis de madurez que experimentan los niños/as, en este caso, el paso de niña
a mujer, el paso de lo rosado a lo negro, el paso de la inocencia a la adultez.
Cuando estamos en nuestro estado de inocencia, la mirada frente a la vida es “color
de rosa”, pero cuando se despierta de ese estado, nos damos cuenta de la complejidad de la vida.
En el estado de inocencia todo resulta asombroso, permanecemos en un constante
aprendizaje; sin embargo, la vida no es perfecta ni maravillosa y solo la madurez
verdadera, nos permitirá enfrentarla en forma positiva. En este punto la metáfora
del sillón es decidora: la protagonista se sentía sola, pero retornó al sillón vacío
una vez que se encontró consigo misma.
¿Cuál fue tu primera impresión del libro?
Desde su portada, me pareció un libro
sutil y profundo, los colores expresan estados de ánimo y poco a poco uno se va
dando cuenta que la protagonista es una joven que quería hablar y ser escuchada.
¿Te gustó?, ¿por qué?
Este libro álbum me cautivó, porque expone
el negativismo en el que algunas ocasiones sucumbimos los seres humanos, el cual nos enceguece y aturde,
viendo solo el vaso medio vacío. La
lectura me lleva a reflexionar que, para que un día sea bueno, no depende del
azar, sino que de nuestra actitud para enfrentarlo.
¿Qué te pareció el texto?
La brevedad del texto no le quita profundidad,
logrando la identificación con la protagonista. A pesar de
no tener diálogos, logra llegar al
corazón de quién lo está leyendo porque nos muestra un hecho cotidiano y eso
hace que uno se conecte con la lectura y realice un autoanálisis de su vida.
¿Qué te parecieron las ilustraciones?
Las ilustraciones resultan impresionantes,
siendo verdaderas pinturas contemporáneas, con presencia de la técnica del collage
y con aires surrealistas, que me recuerda a Dalí. Reconozco que más de alguna ilustración
logra consternarme, porque son una metáfora de algún sentimiento que resulta
inefable.
¿Cómo se relacionan las ilustraciones con el texto?
Las ilustraciones adquieren bastante
protagonismo, y ellas son quienes nos relatan el sentir profundo de la
protagonista, de insatisfacción, desesperanza y agobio interior, que
sucintamente expresa el texto. Ellas nos conmueven logrando así que como
lectora empatice con la protagonista.
¿Cuál es
la propuesta que el autor entrega con el libro?
El autor nos invita a reflexionar acerca de cómo los seres humanos moldeamos
nuestra realidad de acuerdo a nuestra actitud.
Las hojas simbolizan los problemas que aparecen en el camino y que a veces
no sabemos afrontar con optimismo.
El tiempo enfermo en el que
estamos nos nubla, porque tenemos muchas exigencias en el mundo de hoy, donde esperamos
mucho de nosotros mismos y de quienes nos rodean, olvidando que en realidad, la vida hay que hacerle frente como venga.
¿Cuál fue tu primera impresión del cuento?
En una primera lectura, pensé que sería un
texto simple, que solo se trataría de una persona que se obsesiona con un pez,
el cual le parecía raro, pero a lo largo de la historia, desaparece todo ese
pensamiento, demostrándome que no es solo un cuento sobre el gusto por los
animales, sino algo mucho más profundo y verdadero.
¿Te gustó?, ¿por qué?
El texto si me gustó y mucho. Quedé
ensimismada con las transiciones que logra realizar Julio Cortázar, la forma en
que describe lo que sucede desde su punto de vista y desde el punto de vista de
los axolotl sin que se genere un quiebre en la narración, la delicadeza con que
trata a los animales, dejando la impresión de amor puro. También me gustó por
la sencillez en que relata lo que pasa, es como si lo contara un amigo, logra
una conexión inmediata y rápidamente me transportó a un acuario.
¿Qué sensación te deja el texto? ¿Cómo se construye el texto para
generar esta sensación?
La sensación que me deja es de empatía.
Ese sentimiento de ayudar a los demás (sea animal o humano) a toda costa, hasta
el punto de convertirse en uno de ellos. Sentir el dolor de los demás y conocer
las sensaciones de los demás hace que el cuento sea mucho más personal.
Cuando se describe lo quieto que están los
Axolotl en el acuario me da la impresión que intentan adaptarse a él, para no
molestar a los demás (lo cual hizo que me sintiera un axolotl más), y creo que
ese es el recurso que ocupa el autor para lograr la cercanía con los lectores:
ejemplos cotidianos. Todos alguna vez nos hemos sentido raros o ajenos de algún
lugar y Julio Cortázar logra retratar eso a la perfección, más aún, logra
plasmar la necesidad de ayuda, sobre todo al final, cuando el axolotl termina
pensando como humano, extrañando las visitas del hombre, eso logró conmoverme
enormemente.
¿A qué
grupo etario destinarías este cuento?
Recuerdo que la primera vez que lo trabajé
en aula fue en un octavo básico, ya que venía en un texto de estudio, y fue
necesario releerlo , porque algunos no captaron la ruptura que se produce en la
historia. La segunda vez, lo leí con estudiantes entre 16 y 18 años, de cuarto
medio, y creo que este es grupo al cual destinaría este cuento. La lectura se
realizó en el contexto de las técnicas narrativas contemporáneas y creo que
esto ayudó a que lograran entender en forma inmediata el ejercicio de
metaficcionalidad y el cambio de perspectiva, lo cual los llevó profundizar en
las divagaciones del protagonista, disfrutando del asombro del extrañamiento
que provoca este cuento.
miércoles, 21 de agosto de 2013
La paradoja de la censura en la literatura infantil
Cuando me vi enfrentada a la tarea de responder ¿De
qué forma se presenta la censura literaria para niños? Mi primer pensamiento viajó hacia la época de
la dictadura militar en Chile, especialmente cuando se conmemoran cuarenta años
del golpe de estado, y además, por las lecturas de este tema que nos hablan de
la censura de libros en la dictadura Argentina, como “Cinco dedos” de editorial
La Flor, “Un elefante ocupa mucho espacio” de Elsa Bornemann o “El pueblo que
no quería ser gris” de Augusto Bianco.
Como ni siquiera estaba en los planes de mis padres
para el 73, intenté rememorar alguna situación de censura literaria durante mis
años de educación básica (1984-1991), pero no tengo ninguna en mi retina. Mi
investigación en la red, tampoco ha sido fructífera. Hasta el momento sí
descubrí que el primer libro oficialmente censurado por el régimen fue “Mal de
amor” de Óscar Hahn, obra que no consiguió el “permiso de circulación” entregado
por la autoridad de la época.
He conversado con algunos profesores y más bien han
recordado a la revista infantil “Cabro chico”, publicada por editorial
“Quimantú”, cuyo ilustrador Luis Jiménez, hasta hoy se encuentra desaparecido. La editorial
Quimantú, se propuso dos objetivos primordiales: “primero, poner el libro al
alcance de todo el pueblo chileno, mediante una política de producción,
distribución y tiraje que abaratara costos de edición y venta. Segundo,
concebir el libro como un elemento emancipador de conciencias para el “nuevo
Chile" que nacía bajo el gobierno de Salvador Allende”
(memoriachilena.cl)
Con tirajes de 50.000 ejemplares, reconocido es el un
papel fundamental que jugó dicha editorial en masificación de información
ideológica, social, económica y cultural, ampliando el alcance de sus libros a
distintos sectores sociales y privilegiando la refundación de una nueva
identidad. Tras el golpe militar, “Quimantú”
fue cerrada y a pesar de su refundación como Editora Nacional Gabriela Mistral,
quebró.
A juicio de Hugo Cerda (1985), la revista “Cabro Chico” fue “uno
de los esfuerzos más positivos que se conocen en nuestro continente, por
procurar al niño popular de una revista que respondiera a sus intereses y
necesidades” (Cerda, 1985: 266).
Hay una obra que es necesario conocer, especialmente
en esta conmemoración de los cuarenta años del golpe militar, me refiero a “La composición” de Antonio Skármeta,
cuento escrito en francés a fines de los setenta, pero recién en el año 2000
fue publicado en formato de libro álbum por la editorial Ekaré, ilustrado por
el artista español Alfonso Ruano. En el año 2006, editorial Sudamericana
también lo reeditó con ilustraciones de María Delia Lozupone. (Cf. CRA, 2006:126).
En el año 2002 obtuvo el “Premio de Literatura
Infantil y Juvenil al servicio de la Tolerancia”, convocado por la UNESCO. Manuel Peña nos cuenta el argumento de “La composición”:
“es la historia de un niño que solidariza con sus padres durante los días del
gobierno militar. Su padre escucha clandestinamente radio Moscú, mientras una
serie de allanamientos ocurren en el barrio. El niño es testigo del ambiente de
tensión que se vive en la casa. Un día llega un policía militar el colegio y le
pide a los alumnos que escriban una composición sobre lo que hacen sus padres
en la noche” (Peña, 2009:780).
A juicio del mismo Peña la obra “valoriza la
inteligencia y madurez del niño consciente del momento histórico que le
corresponde vivir” (Peña,2009: 780), así como en “El niño del piyama a rayas”, “El
diario de Ana Frank” o en la película “La vida es bella”, donde se valora la
mirada lúcida de los niños.
En la edición de
Sudamericana, “La composición” aparece recomendada a partir de los 9
años, en el catálogo CRA, para 8 básico y para primero medio como recurso para
trabajar en forma integrada con el sector de Historia y Ciencias Sociales. (CRA,
2006:126) con los objetivos de “Reconocer y desarrollar respeto por la
justicia, la verdad, los derechos humanos y el bien común e investigar sobre el
contexto histórico cultural en que se ha escrito la obra”. Como se puede
apreciar, la esencia estética de este libro álbum queda en segundo plano, y a
lo más a los estudiantes se les consulta por la evocación que les producen las
imágenes.
No obstante, me llama la atención que no aparezca
como lectura recomendada en los programas de estudio de lenguaje o en planes
lectores, por lo tanto considero que podría
existir una autocensura por parte de los propios mediadores de lectura.
selección: 1. f. Acción
y efecto de elegir a una o varias personas o cosas entre otras, separándolas de
ellas y prefiriéndolas. (rae.es)
Entonces ¿cuál
es el límite entre censurar y seleccionar? Esta es la interrogante que me ronda
desde hace tiempo, surgida en una conversación con mis futuros profesores de
educación básica: ¿quiénes deciden las lecturas sugeridas en los programas de
estudio? O ¿cuáles son los criterios de las editoriales para publicar obras
infantiles?
Y ahora me surge
el siguiente cuestionamiento: ¿funciona un cierto tipo de autocensura en los
propios escritores? Por ejemplo: ¿escritores nacionales han abordado el tema de
la sexualidad en obras infantiles?
En medio de este
divagar me encuentro con la obra “Tres
con tango” de Peter Parnel y
Justin Richardson, con ilustraciones de Henry Cole, editado en inglés el año
2005 y publicado en español el 2006 por la editorial Serres, ha ocupado la primera posición de la lista de libros prohibidos durante cuatro años
(2006, 2007, 2008 y 2010) (espiritugay.com), que
cada año publica la Asociación
norteamericana de Bibliotecas en su Semana de los Libros Prohibidos.
“Tres con tango”, cuenta historia sobre
adopción y pingüinos homosexuales basada en hechos reales, encabeza el ranking de las solicitudes de “prohibición, remoción o recatalogación
en aras de las buenas costumbres y la moral”. (blogocio.com)
El argumento de la obra, con anclaje en la
historio real Roy y Silo, dos pingüinos que formaron una pareja en el zoológico de Nueva York. A
los seis años, y para celebrar su amor con un fruto, la pareja adoptó, cuidó y
empolló una roca. Conmovidos, sus cuidadores, cambiaron la roca por un huevo de
verdad. Y de ahí nació la
hija de Roy y Silo: Tango.
Según lo que he podido indagar, la intención de los autores de esta obra
era “ayudar a los padres a hablar con los niños sobre las familias creadas con
la adopción, pero su tolerancia a los
comportamientos “contra natura” fue demasiado para muchos,
que pidieron que sólo se prestara bajo vigilancia adulto… o se eliminará de las
bibliotecas”.(blogocio.com)
Desde la mirada de la comunidad gay “Tres con tango” es un “tierno cuento ha sido muchas veces tergiversado y en
lugar de ser tomado como una herramienta educativa de integración ha sido acusado por grupos
ultraconservadores de “promover la
homosexualidad”, de atentar en
contra los valores familiares y de ser inadecuado para el lector infantil”.
(espiritugay.com)
Paradojalmente, en paralelo a la censura, la obra ha
recibido numerosas distinciones: de la Asociación Americana de Bibliotecas: Libro
Infantil Distinguido (2006); Premio Henry Bergh de la
Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (2005);
Nickelodeon Magazine: Mejor Libro
Familiar del Año (2006); Premios Bank Street College of
Education: Mejor Libro del Año (2006); fue elegido por el
Consejo Cooperativo de Libros Infantiles (2006); finalista del Lambda Literary
Award (2006) y preseleccionado para el Sheffield Children's Book Award (2008).
Esta paradoja no solo la experimenta
“Tres con tango”, para mi sorpresa también ha sufrido censura una obra considerada
como clásica infantil: “Charlie y la fábrica de chocolates”
(1964) Desde mi ingenuidad pensé que la causa de su censura podría ser que ella
promoviera el consumo de dulces por parte de los niños, un pecado en el
contexto actual de obesidad infantil. Pero no, la novela de Roald Dähl fue
acusada de racista y luego de las críticas de la Asociación Nacional para el Progreso de las
Personas de Color, el libro fue cambiado
y republicado en 1973. En esta versión los Oompa Loompas tienen cabello largo
de color castaño-rubio y piel blanca-rosada. Sus orígenes fueron cambiados
de África a la ficticia Loompaland. No obstante, la edición que tengo
en mi poder, los Oompa Loompas: “¡son pigmeos! Importados directamente de
África!” (Dähl, 2007 :92). Otra de las razones
para su censura que aducen en Colorado EEUU se debe a que el contenido expone una "pobre filosofía de
vida".
Respecto a esta obra, Lucía Rivadeneyra trae
a primer plano la insinuación de Elisa Corona Aguilar, en su ensayo Niños, niggers, muggles. Sobre literatura
infantil y censura (2012, Deleátur. México) respecto a que la lectura
superficial trae a primer plano razones un tanto nimias y no razones que
podrían ser más de fono: “si no han atacado a la
obra por sus referencias a la Casa Blanca es, seguramente, porque no la han
leído o porque los miembros del gabinete tienen gran sentido del humor” (Rivadeneyra
en mujeresnet).
Y continúan las
paradojas: los librors más
populares y más leídos por los niños son
los más censurados por los padres, las obras que han sido más premiadas,
han sido las más censuradas; esto lo
explica Corona afirmando que "para
los censores, todo placer es sospechoso".
Debo confesar
cierto placer luego de enterarme que he leído varios de los libros que aparecen
en el listado de censurados. Placer que a juicio de Elisa Corona ha acercado a los niños al leer estas obras y que
contrasta con el miedo o pavor de los adultos de que los niños, luego de leer,
piensen y pregunten o, peor aún, sean felices.
Bibliografía
Ø
Blog Ocio “Tres con tango: el libro más
indecente del momento” Visitado el 19 de agosto de 2013 http://blogocio.com/tres-con-tango-el-libro-mas-indecente-del-momento/
Ø
Cerda, H. 1985. Ideología y cuentos de hada. España,
Akal.
Ø
Dähl, R. 2007. Charlie y la fábrica de
chocolates. México, Alfaguara.
Ø
García, J. 2006 “Letras con sangre”. Extraído el
19 de agosto de 2013 de http://www.archivochile.com/Dictadura_militar/muertepin8/muertepin8_0152.pdf
Ø
Memoria Chilena
“Editora nacional Quimantú” Visitado el 19 de agosto de 2013 http://www.memoriachilena.cl/temas/index.asp?id_ut=editoranacionalquimantu
Ø
Peña, M. 2009. Historia de la literatura
infantil en América Latina , Madrid, Sm.
Ø
Real Academia española de la lengua. 2013.
Visitado el 19 de agosto de 2013 http://www.rae.es
Ø
Rivadeneyra , L.
“La censura nuestra de cada día” Extraído el 19 de agosto de 2013 http://www.mujeresnet.info/2012/12/censura-nuestra-de-cada-dia.htmldomingo, 11 de agosto de 2013
¿Qué es la literatura infantil? Desplazamientos de una definición
La postura canónica que declaré
en mi respuesta anterior a la pregunta ¿Qué es la literatura infantil? se ha
visto desplazada con las lecturas que he realizado en este módulo, y me llevan
a ensayar un concepto de literatura infantil como un discurso artístico, que constituye un género dinámico, permeable a otras manifestaciones culturales y dirigido a un lector niño, a quien se le
reconoce como sujeto. No obstante, valoro lo planteado por Emma LLuch
en su
entrevista, quien afirma que “hay muchos libros para adultos, que pueden leer
los niños/as”, así como libros para niños que son leídos por adultos”. Sin duda
que esto se debe a los diferentes perfiles lectores y a los contextos de recepción
que van configurando el intertexto lector.
En primer lugar, debemos
considerar a las producciones de literatura infantil como discursos artísticos,
sin aquella carga decimonónica moralizante y de
final feliz, que casi a gritos nos manifiesta Joel Franz Rosell (p.4). Como la
literatura infantil es arte, nos dice Liliana Bodoc (Bodoc, 2010: 245), está
eximida de propósitos de información, de autoayuda, de terapia, pero si está
comprometida con el lenguaje poético. En este punto, Bodoc nos entrega un argumento
de fondo que explica la necesidad que nuestros niños y jóvenes deban leer literatura:
el lenguaje poético con todas sus asociaciones más bien atípicas, nos pone en
el lugar de lo “extracotidiano”, que nos obliga a “movilizar los sentimientos y
las capacidades adormecidas de nuestra psiquis y de nuestra inteligencia” (Bodoc,2010:246).
Suficiente razón que debe iluminar nuestra misión como mediadores de lectura
En segundo lugar, la literatura
infantil tiene estatus de género, siendo su rasgo principal, a juicio de
Rosell, el tratamiento de los temas y de las formas “desde la perspectiva
singular que tiene el niño de mundo real e imaginario” (Rosell, p.4). Dicha especificidad hace que la lectura de
libros infantiles apacigüen los espíritus adultos, idea planteada por Rosell y
que es confirmada por un estudio
realizado por la
Universidad de Cardiff, el cual revela que la lectura de libros infantiles por parte de los profesores contribuye
a su propio bienestar, aliviando su estrés. (mercurio.cl)
En tercer lugar, otro rasgo
propio de la literatura infantil es su dinamismo, evidenciado en los
desplazamientos que ha experimentado este género, como pasar desde un paradigma
formativo a uno estético, que provoca una ruptura del canon y una apertura hacia
la integración de obras que ese encuentran el margen de la prescripción
escolar; lo que Lluch denomina como deslocalización (UCvirtual, 2013: 14).
Un ejemplo más de dinamismo de
este género es este tránsito de la supremacía del código verbal hacia el ícono-verbal.
Y en este punto, reconozco que realicé una actualización de las lecturas
recomendadas para los cursos que desarrollo para las futuras educadoras de
párvulos y profesores de educación básica. El desafío está en enseñar a leer el
código visual, especialmente en el libro álbum.
A pesar de la profesionalización
del discurso literario infantil y que desde la década del setenta se le
considere como un sistema literario con rasgos propios, debemos persistir en
nuestro rol de mediadores de la lectura,
en la lucha de no instrumentalizar a la literatura infantil, pelea “de poco más
de tres siglos, contra su utilización como medio de educación, de armonización
social, de transmisión de una concepción del mundo” (Rosell, p.4).
Como mediadores, también nos
corresponde desacralizar al libro infantil y estar atentos a la nueva moralización
de los libros para niños, donde se
frivoliza el uso de “los valores” como estrategia de marketing editorial. Marcela
Carranza (2009) nos alerta: “¿de dónde salen esos listados de valores que
enumeran todo aquello que se supone un libro infantil debe transmitir a un
niño? (…) la moral concebida como una “medicina” a tragar, “una cucharadita de
virtud” cada ocho horas”. En este punto,
se viene a mi memoria una anécdota pedagógica que viví hace tres años, cuando
un grupo de apoderados de segundo básico estaban escandalizados por la lectura
de “La familia guacatela” de Mauricio Paredes. Las madres consideraban poco
adecuada la lectura, por su lenguaje que aludía a las costumbres poco higiénicas
de dicha familia ficticia y que “no dejaba ninguna enseñanza”. La opinión de dichas apoderadas obedeció a que
su propio intertexto lector estaba conformado por un canon tradicional, donde
las obras constituían un referente moral de comportamiento, y claro, dicha obra
entró en choque con dicha concepción.
Como aprendizaje de esta anécdota
y de las reflexiones derivadas de las lecturas de este módulo, concluyo que es
necesario acompañar a los padres y a los profesores/as en su rol de mediadores,
haciéndoles ver este cambio de paradigma en la literatura infantil y la tensión
pendiente entre el disfrute versus la formación, especialmente con todo este
ambiente de competencia que se vive en los colegios por obtener buenos
resultados en las pruebas estandarizadas de SIMCE y PSU, donde el arte es una
asignatura, por así decirlo, de segunda clase.
Bibliografía
ü Bodoc, Liliana. 2010.
“Literatura como discurso artístico”. Actas de CILELIJ, Vol. 2. 244--‐246.
ü Carranza, Marcela. 2009 “¿Por
qué la literatura es también para los niños?”
Recuperado en
ü mercurio.cl “Por qué los profesores deberían lee más
libros infantiles”. 5 de agosto de 2013
Recuperado
en
ü Rosell, Joel. “¿Qué es la
literatura infantil? Un poco de leña al fuego”.
Recuperado en Revista Cuatro
Gatos
http://www.cuatrogatos.org/articuloqueeslaliteraturainfantil.html
ü ü UCvirtual.
2013. “Panorama actual de la literatura infantil: concepto y características
generales”. Fac. de Educación. P. Universidad Católica-Fundación La Fuente.
Diplomado en fomento de la lectura y literatura infantil y juvenil. Material de
estudio,p. 14.
domingo, 4 de agosto de 2013
¿Qué es literatura infantil? Una reflexión desde mi historia e inexperiencias
Entiendo por literatura infantil aquellos textos de ficción que están dirigidos a menores
de 12 años, en cuyas temáticas abunda la fantasía y están determinados por tramos de edad. Su extensión en
páginas se incrementa conforme a la edad y las ilustraciones juegan un rol
fundamental, lo mismo que su tipografía y material, para hacerlos atractivos a
los lectores principiantes.
La literatura llegó a mí con
mayor fuerza en el hogar, gracias a mi madre, quien desde pequeña me motivó a
leer, regalándome revistas infantiles (“Petete”), cómic (“Heidi”) y libros, aquellos
que aparecían en los diarios. Uno de mis bienes más preciados es la colección
completa de grandes clásicos escolares Zig-Zag. De esa colección leí novelas
como “Mujercitas”, “Bajo las lilas”, “La Quintrala”, y en una edad bastante
precoz, “Palomita Blanca”.
De mis tiempos de educación
básica recuerdo los cuentos que leíamos en los textos de estudio, casi siempre
Santillana, tales como: “Mac, el microbio desconocido” o “El cururo
incomprendido”. En ese entonces no se estilaban los “planes lectores”, solo
recuerdo que por ahí en cuarto básico todo el curso leyó “Papelucho en la
clínica”. Hasta hoy este libro lo conecto con los pasillos del hospital de
Linares.
Ya en enseñanza media, tuve
lecturas mensuales, la mayoría de textos clásicos, como “El cantar del Mio
Cid”, “Romeo y Julieta” o “La ciudad y los perros”. Sí destaco que en mi
colegio de educación media (Colegio marianista Instituto Linares) contaba con
una biblioteca, el cual no era un lugar de castigo, sino que el corazón de mi
colegio. Allí estaba la tía Gladys, hasta hoy lo está, quien nos conocía tanto
que nos recomendada el libro indicado a cada uno. En ese tiempo, junto a mis
amigos y amigas, nos devorábamos la colección “Gran Angular” de la editorial SM.
Títulos como “Cinco panes de cebada” o “Los escarabajos vuelan al atardecer”
eran lecturas que nos recomendábamos entre los amigos y nos daban tema de
conversación. Y como buenos lectores, la
tía Gladys nos concedía el privilegio de pasar tras el mesón y recorrer las
estanterías para que nosotros mismos escogiéramos nuestros libros.
La primera obra de teatro que he
visto en mi vida fue en dicho colegio, “El cepillo de dientes” de Jorge Díaz,
montada por una compañía de Santiago. También allí conocí a la escritora
linarense Ana María Güiraldes y Saúl Schkolnik, quienes nos daban charlas y
venían a las premiaciones de los concursos de creación literaria que
organizaban los profesores de castellano. Verdaderamente, ahora que lo escribo,
mi colegio priorizaba las actividades de fomento lector, con todas las dificultades
de acceso a la cultura que acarrea el vivir en provincia, sin ninguna librería
en la ciudad.
Como profesora de castellano,
asumo que pesa mucho el canon literario en mis elecciones de lecturas para mis
estudiantes. Durante el tiempo que estuve a cargo de la dirección del depto. de
lenguaje en un colegio privado de Chillán, elaboraré el plan lector desde 1° básico a IV medio,
con planes diferenciados incluidos. Para ello, tomé como orientaciones; en
primer lugar, las lecturas recomendadas por el MINEDUC; en segundo lugar, las
lecturas que considero como clásicos universales, latinoamericanos y chilenos.
En tercer lugar, consideré el contexto sociocultural de mis estudiantes, y por
último, la disponibilidad de dichos títulos en la biblioteca escolar. A medida
que hubo más variedad de títulos disponibles, les di a mis estudiantes la
oportunidad de escoger su lectura mensual.
Uno de los aspectos a los que he
dado importancia es a la necesidad de contextualizar la lectura literaria, ya
sea en aspectos históricos como estéticos. Para esta tarea, la pizarra
interactiva y los recursos tic fueron mis principales aliados, especialmente
cuando leíamos obras clásicas, como “Lazarillo de Tormes” o algunos exemplos del Conde Lucanor o “El
Quijote”, donde trabajaba con un audiolibro, que resultó bastante motivador
para mis estudiantes de tercero medio. Esta experiencia de aula la presenté en
abril de este año en el congreso internacional de Educación con Tecnologías de la Información, (CEDUTIC)
en la Universidad Católica de la Santísima Concepción, con una ponencia titulada
“Uso de la Pizarra Digital Interactiva (PDI) en la formación literaria de
estudiantes de enseñanza media”.
Como formadora de los futuros
profesores me enfrento a generaciones donde la gran mayoría no son lectores
literarios asiduos, y que arrastran con nulas experiencias escolares o si las
tienen, están vinculadas a recuerdos amargos. Para lograr encantarlos, me he
lanzado con la poesía, el género que pasa un poco a pérdida en la escuela, y
les he leído poemas, transitando desde Mistral, Neruda, Tellier, Rojas hasta
llegar al inquietante Nicanor Parra.
También intento modelar la
aplicación de los momentos de la lectura, especialmente en la lectura de textos
narrativos literarios. Los “Cuentos para jugar” de Gianni Rodari han resultado
atractivos para mis estudiantes, quienes se transforman en niños y niñas, y se
hacen merecedores de un “regalo lector”. Resulta muy divertido escuchar sus
hipótesis de lectura y la defensa que realizan de sus finales preferidos. Al
mismo tiempo, para ellos es novedoso sentirse como lectores activos, con la posibilidad
de elegir y que la figura del autor, sea también un lector con opinión de su
propia obra.
Reconozco que, para bien o para mal, el peso del canon también
se revela en las elecciones de lectura literaria que he realizado para mis
estudiantes universitarios, aunque sí he integrado a Mauricio Paredes y a
Sergio Gómez. Me angustia un poco que ellos no posean un bagaje lector más
amplio y que en su niñez no hayan leído a los clásicos infantiles; mi lógica,
quizás errada, es la siguiente: deben leer a los clásicos para comprender la
literatura infantil actual. Con ellos sí me he lanzado a experimentar en nuevas
formas de evaluación de la lectura literaria, como entrevistas de lectura o que
ellos analicen pruebas rendidas por alumnos/as de básica y emitan un juicio
crítico del instrumento evaluativo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)